EXPOSICIÓN OBLIGATORIA 1: "Gut feeling" de Eva Fàbregas

17 de septiembre por la tarde. Por raro que parezca, salgo de casa motivada, con ganas de hacer los deberes. Como primera tarea, tenemos que ir a ver una exposición: "Gut feeling", cuya autora es Eva Fàbregas. Me pregunto de qué tratará, mientras voy calle abajo hacia CentroCentro. Google Maps me dice que he llegado a mi destino, pero no encuentro la puerta. "Qué raro". De pronto me doy cuenta de que al lado de la zona vallada por las obras hay unas escaleritas. Subo y me encuentro con un control como de aeropuerto. Pregunto a los hombres de seguridad y me confirman que es allí, en la planta 5. "Menos mal". El interior del edificio está vestido con sus mejores joyas, con baldosas de cristal y vidrieras preciosas. 


Ya en la quinta planta, me adentro en la exposición. Ni un solo alma, solo yo. Casi puedo oír mis pisadas cuando me paro frente al letrero:
<<El cuerpo humano contemporáneo es un cuerpo prostético. (...) Estas prótesis no solo se adaptan al cuerpo, sino que consiguen que el cuerpo humano también se adapte a ellas, siendo difícil determinar quién produce a quién. (...) Debido a la intimidad que aparece a través del contacto entre superficies, este tipo de relación ergonómica entre objetos y humanos está cargada de un fuerte componente emocional. Perder uno de estos objetos se parece a perder una parte reemplazable de nuestro cuerpo. Incluso podríamos hablar de una conexión erótica, (...) entre la piel de las cosas y la nuestra. ¿Podría suceder (...) que los objetos nos deseen a nosotros?>>


Me paro un instante a reflexionar sobre lo leído. Me siento confusa, ni siquiera sé si he entendido algo. Continuo mis pasos y me encuentro la primera pieza, que combina una zona metálica con otra rosa pálido. Me cuesta interpretar qué es o qué representa, solo sé que el lugar me hace sentir muy desconcertada. Sigo andando y me encuentro con otras dos, y lo mismo. Me apetece tocarlas, parecen suaves. Las rozo con los dedos y, para mi asombro, no lo son para nada. Sigo sumergiéndome y llego a una sala en la que me encuentro una escultura que parece algo entre un gusano enorme, un intestino y un juguete sexual, conectado con unos cables, como si estuviera vivo. Pero lo que capta mi atención principalmente no es la obra, sino los sonidos que emiten los dos pequeños altavoces frente a ella. Sigo completamente sola. Acerco la oreja a uno de ellos y me llego a sentir un poco mareada, hipnotizada quizá. Última sala, y parece como si una parte del intestino anterior se hubiera reventado dejándolo todo perdido. Me aproximo más y parece chicle o algún tipo de chuchería. “Joder”.




Ya en el final, siento aturdimiento, pero también me siento inspirada de alguna manera. Me encantaría hacer una obra visual acompañada de un sonido que te envuelva y atrape como en ésta. Jamás me había planteado la relación “sentimental” entre los humanos y objetos, y si ellos nos necesitan (tanto como nosotros a ellos) para ser. Lo único que tengo claro es que la exposición no deja indiferente.

Aclarar que todas las fotografías adjuntas han sido realizadas por mí misma, Ane Etxeberria Sartal.

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